lunes, 24 de noviembre de 2014

Tarde de Ensueño


Esta foto tomada en agosto de este año, es la foto que guardo con más esmero, porque la perra que que me acompaña en ella es Dama, una cachorra de pastor alemán que cuidé durante un mes cuando su vida pendía de un hilo, ahora y después de muchos meses Dama está en paradero desconocido, cosa que me atormenta cada minuto que pasa.
Esta foto, no puedo decir que sea el único recuerdo que tengo de ella porque su recuerdo está siempre en mi corazón, pero el hecho de poder abrazar esta foto me hace sentir mejor, el poder verla aunque sea a través de un papel es confortante.
 Cuando conocí por primera vez a Dama,ella tenía 4 meses, y llegó al refugio de animales porque su dueño decía que aunque le había costado un pastizal en una tienda de animales, había crecido demasiado y no podía cuidarla, yo en aquel momento pues no tenía mucha relación con ella, pero tras llegar un sábado al refugio y encontrármela medio muerta,empezamos a unirnos demasiado, porque a raíz de esto tuvo que estar en mi casa mucho tiempo y ella pensó que yo la había adoptado, pero no, y  llegó el momento de volver al refugio, un día decidimos que ya era hora de devolverla porque estaba creciendo y necesitaba un hogar definitivo, ya que la estancia en mi casa solo era temporal. Cuando volví a la semana siguiente al refugio me di cuenta de que estaba un poco cambiada pero nada importante, pasado un tiempo y con el comienzo del instituto yo solo podía visitarla una vez por semana, y al parecer esto no le sentó muy bien, me seguía a todas partes y cada paso que yo daba ella lo imitaba, empecé a encariñarme mucho con ella,como loca contacté con mucha gente para que le buscasen adopción pero cuando una semana después volví, no estaba, la explicación de mis compañeras fue: "no sabemos donde está, yo solo le abrí la puerta de la calle porque la veía inquieta y ya no la vi más". Tras esta noticia tan chocante mi reacción fue desesperada, imprimí muchísimos carteles con su foto, pero nada, nadie la había visto, pero nadie me ayudó a buscarla nunca.
Así que ahora solo me queda pensar que algún día volveremos a estar juntas y podré hacerme mil fotos abrazada a ella, para no olvidar jamás a este ángel de la guarda al que tanto quiero y querré.

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